El trigo sarraceno es uno de los alimentos de moda. No solo por el hecho de no contener gluten, sino por todas sus características nutricionales que lo convierten en uno de los cereales más nutritivos que tenemos a nuestro alcance.
Compuesto mayoritariamente por hidratos de carbono complejos y proteína vegetal de calidad, el trigo sarraceno tiene un valor nutricional superior a la mayoría de los cereales. Contiene aminoácidos esenciales, buenos niveles de fibra y micronutrientes de interés (vitaminas y minerales), como vitaminas del grupo B, manganeso, cobre, fósforo y magnesio. Tanto es así que organismos como la Agencia Española de consumo Seguridad Alimentaria y Nutrición recomiendan su consumo, y la verdad es que cada día está presente en más y más hogares.
Un grano ancestral
También conocido como alforfón, el trigo sarraceno es un pseudocereal de forma triangular. Originario de Asia central, se estima que su cultivo empezó hace más de 7.000 años, lo que lo convierte en uno de los primeros granos a cultivarse.
Antiguamente, este grano ancestral se destinaba sobre todo a la alimentación del ganado, más que para el consumo humano. Pero aproximadamente en el siglo XVI su papel en la agricultura europea empezó a consolidarse. Durante siglos, el trigo sarraceno fue la base de la alimentación de muchos campesinos, motivo por el cual nos han llegado algunas de las mejores recetas tradicionales donde se empleaba este cereal: gachas, crepes, polenta o los soba (fideos orientales), entre otras recetas de antaño.
Trigo moderno vs trigo sarraceno
El trigo convencional o moderno lo encontramos en el pan blanco, gran parte de las pastas, los pasteles y postres de repostería. No obstante, muchos estudios científicos relacionan su consumo con desequilibrios nutricionales. Eso se debe a que se consume mayoritariamente en forma de harina refinada. Este proceso elimina parte importante de los componentes del cereal, por lo que casi todas las proteínas, minerales y vitaminas que posee el trigo se pierden por el camino.
En contraposición, el trigo sarraceno conserva su germen (la parte de los cereales más interesante, nutricionalmente hablando). Por ello, aporta una mayor parte de nutrientes y vitaminas.
Sin gluten
Otra de las cosas que hacen del trigo sarraceno un alimento tan atractivo es que no contiene gluten, por lo que es aclamado especialmente por las personas celíacas. A diferencia del trigo moderno, es un carbohidrato de bajo índice glucémico. Es decir, contribuye a que nuestro organismo absorba los azúcares más lentamente, ayudando a mantener los niveles de azúcar en sangre en equilibrio durante más tiempo.
Como resultado, proporciona energía estable a nuestro organismo, al mismo tiempo que aporta saciedad y controla el apetito durante periodos de tiempo más largos. Algo que no ocurre con el trigo convencional y los cereales refinados.
Dado que es rico en fibra, flavonoides y ácidos omega-3, el trigo sarraceno tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios, por lo que ayuda a regular la tensión arterial y el colesterol. Además, se le atribuye cierto carácter prebiótico: nutre nuestra microbiota intestinal, mientras que regula el estreñimiento y favorece el tránsito intestinal.
Gran aliado en la cocina
Todas estas propiedades convierten al trigo sarraceno en un sustituto excelente del trigo convencional. Con él, podemos elaborar todo tipo de platos, pan, pizzas, galletas, magdalenas, bizcochos y cualquier masa sin gluten (por ejemplo, creps), utilizarlo como guarnición o completar ensaladas, salteados, guisos y sopas.
Eso sí, conviene tener en cuenta que, para asegurarnos una buena asimilación de todos sus nutrientes, debemos prepararlo correctamente. Es importante lavar muy bien los granos con agua antes de hervirlo o dejarlos en remojo durante varias horas (habitualmente la noche anterior) para inactivar los anti-nutrientes que contiene. Otra opción es germinarlo durante varios días para incrementar su digestión y su valor nutricional.
Además, debido a su creciente popularidad, cada vez podemos encontrarlo más fácilmente en diversos formatos, aparte de en grano: en harina, en forma de pasta e incluso en otros elaborados, como crackers o snacks o estas Burger de trigo sarraceno y aceitunas.
Ya sea en grano o en otro formato, el trigo sarraceno es un alimento muy interesante en nuestra dieta. ¡Asegúrate que no falte en tu menú!